lunes, 22 de octubre de 2012

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NUEVE DE OCTUBRE

Independencia de Guayaquil
La independencia de Guayaquil fue un proceso independentista que tuvo lugar el 9 de octubre de 1820, con el propósito de romper los lazos coloniales que existían entre el territorio de la Provincia de Guayaquil y el Imperio español, y que dio paso al surgimiento de la Provincia Libre de Guayaquil. La independencia de Guayaquil marcó el comienzo de la guerra de independencia de la Real Audiencia de Quito como parte de las guerras emancipadoras de Hispanoamérica. Entre los factores más influyentes para su desencadenamiento se puede determinar la voluntad de los criollos, los cuales ya poseían un alto estatus social y económico, de obtener el poder político.
En la historiografía tradicional ecuatoriana se ha querido ver como precedentes de la independencia de la ciudad a varias sublevaciones populares como la "Crisis de las Alcabalas" en 1592 o la "Rebelión de los Estancos" en 1765, si bien realmente tienen muy poco que ver con reclamaciones independentistas de España. El primer levantamiento pidiendo un gobierno criollo en la Real Audiencia de Quito fue el 10 de agosto de 1809, impulsada entre ciertos sectores ilustrados de la población quiteña por las ideas del prócer Eugenio Espejo. Tradicionalmente se conoce a este acontecimiento como el "Primer Grito de Independencia", sin embargo, los dirigentes de la causa jamás hablaron claramente de independencia sino de más autonomía política con respecto a la metrópoli y a la capital del virreinato. De hecho juraron fidelidad al rey Fernando VII, oponiéndose así a la invasión que por aquel tiempo estaba sufriendo España por parte las tropas francesas de Napoleón y a la proclamación de José Bonaparte como nuevo rey. Las tropas enviadas por el virrey del Perú, José Fernando de Abascal y Sousa, del que dependía por entonces la Real Audiencia de Quito, acabaron con la resistencia popular el 8 de noviembre de 1810.
 
Otras de las causas que influyeron notablemente en la independencia de Guayaquil fueron las campañas emancipadoras de la región norte de Sudamérica, lideradas por Simón Bolívar. Estos sucesos debilitaron las fuerzas españolas de la Audiencia de Quito.
Entre los personajes destacados de la revolución independentista se encuentran el Dr. José Joaquín de Olmedo, el prócer José de Antepara, el militar León de Febres Cordero y Oberto o el general José de Villamil entre otros.
Revolución del 9 de octubre de 1820
La cantidad de efectivos militares del ejército realista apostados en la ciudad era de 1500 aproximadamente, los cuales estaban distribuidos en: 600 soldados del batallón Granaderos de Reserva del Cuzco, 500 del escuadrón de caballería Daule, 200 del batallón de Milicias Urbanas, 200 efectivos de las Brigadas de Artillería, y 350 soldados en las 7 lanchas cañoneras que permanecían en el malecón.[13] Sin embargo, los oficiales que se habían plegado a favor el movimiento eran Gregorio Escobedo e Hilario Álvarez del Granaderos, Damián Nájera de la Brigada de Artillería, José Peña del batallón de Milicias Urbanas, y por último los sargentos Vargas y Pavón del escuadrón de caballería Daule con lo que se tenía asegurado el 70% de los efectivos de la plaza.[14]
 
 
En consecuencia, las maniobras debían propender a tomar el escuadrón de caballería Daule y la bodega de armas y explosivos de la brigada de artillería, anulando a la vez la capacidad de reacción de las tropas que acompañaban tanto a Joaquín Magallar, comandante del Granaderos, como a Benito García del Barrio, primer jefe del Batallón Granaderos de Reserva.[15] Por los hombres de las lanchas torpederas capitaneadas por Joaquín Villalba no se preocuparían, pues estaban desde el día anterior fuera del puerto, y había oportunidad de resolver este problema si se coronaba con éxito la revolución. Y todo se dio tal como se había planificado.
Para la noche del domingo 8 y la madrugada del lunes 9 de octubre, León de Febres Cordero y Nájera llevaron con engaños al comandante español Torres Valdivia a la casa del Nájera con el pretexto de invitarlo a una partida de naipes. Una vez allí, lo sometieron y dejaron cautivo temporalmente explicándole que era la única forma de evitar que él intervenga en contra el movimiento independentista y que en vista de la estimación que le tenían, habían preferido evitar un peligroso enfrentamiento con él. Febres Cordero, adueñado de las llaves del parque de Torres Valdivia, se dirigió al Granaderos, en donde, con 50 hombres, fue hasta la Brigada de Artillería, y luego de sorprender y encerrar al oficial de guardia, se apoderó del recinto. La tropa fue formada, aclamando la causa revolucionaria.[15]
 
 
Mientras esto sucedía, Urdaneta, con 25 hombres del Granaderos y nuevos jóvenes guayaquileños, más la complicidad de los sargentos Vargas y Pavón, tomaron el escuadrón de caballería Daule, no sin antes trenzarse en una balacera con Magallar y sus hombres, que al darse cuenta de lo que sucedía, intentó impedirlo, muriendo en el enfentramiento.[13] [15] Luego de esta acción, Urdaneta mandó al comandante Matías Tirapeguí, quien se había plegado a favor del movimiento, hacia la Batería de las Cruces, con la mitad del escuadrón de la caballería, con el propósito de tomarla.[11]
El último incendio se llevó a cabo en la casa del coronel Benito García del Barrio, primer jefe del Granaderos de Reserva quien fue apresado por el teniente Hilario Álvarez mientras dormía.
Para la mañana del 9 de octubre de 1820, la ciudad de Guayaquil había alcanzado su independencia de España y con ello comenzó la guerra de independencia de lo que actualmente es la República del Ecuador.[16]
 

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